7 sept 2008

Imperativos que funcionan...

Hoy me entere que posiblemente pueda ser padre... Padre! Yo! no no no... hay algo malo en el reloj de la vida del Destino ¿o? acaso sera que debe empezar a creer en Él...


Mi madre desde pequeño como todas las secuencias de patrones en los seres vivos son la cosa mas bella que te dice... ¡Lavate los dientes!, ¡Peinate!, ¡Metete esa camisa que te ves como un albañil! (digo que culpa tienen los albañiles que se quieran vestir como yo a los 8 años); entre demás cosas imperativas, que con gran facilidad y astusia, las madres te lo dicen sin que tengas una razón lógica para contestarles.


He llegado a pensar que el signo de admiraciòn debería de ser un palito con falda ya que todas las mujeres sin excluir una, tienen el Don de la admiraciòn hasta para todo y en todo sentido.


Recuerdo aquellas tardes, en donde la banda de la cuadra nos juntábamos para cascarear o tirar las retas de maquinitas, en la tienda de la esquina (es verdad ¿por que todas las tiendas son en las esquinas?, ha de ser alguna clase de mandato) "Los corners de las calles son directamente proporcional a una tienda" o algo asì.


Mi madre siempre nos decia "no se salgan, voy a la tienda", la tienda ni madres iba, al chisme de la tienda de la esquina -no falta mencionar, que era la misma de las maquinitas-.


Y como cualquier niño de 8 años bien obediente me esperaba -si como no, eso fue las primeras 6 veces después dejaba la puerta entre cerrada y me largaba-; y ya haciendo la falta cometida cundo regresaba me esperaba santa madriza que habilidosamente esquivaba por mi pequeño tamaño, o en su defecto las interminables vueltas al rededor del comedor, en donde el ganador era quien al ultimo se cansara.


Cuando yo ganaba siempre escuchaba la voz de mi madre diciendo mientras empujaba la puerta del cuarto, la cual defendia como si fuera trojana; cuando regrese tu padre ya verás; al regresar mi padre de su arduo día de trabajo mi mama en lugar de darle la dulce bienvenida mi madre, le daba la lista de pendejadas que hacíamos en la tarde y como nos había ido en la escuela. Mi papa ponia cara de dejar de chingar y dejame dormir pero, en cuanto mi mama le decia -no vas hacer nada, cuando sean unos vagosdrogadictos (asì lo pronunciaba) no te vayas a dar de golpes contra la pared, asì que como por arte de magìa mi papa aparecia en la habitaciòn, y el hacia que nos regañaba y nosotros a que aprendiamos, pero siempre con el convenio que tratariamos de hacer menos maldades.


Gracias a esto, a los patrones que mis abuelos le dieron a mis padre, y sus padres a mis abuelos, es, en lo que me basare para educar a mi futuro hijo; no sin pulir y poner mi propio sello de paternidad.


En donde la formaciòn de un hijo, es tu reflejo en la sociedad.


Pos`ni pedo a seguir tras la chuleta ahora con mas ganas que nunca.

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